SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA, OBISPO Y CONFESOR
TOMÁS Y LUTERO
Una prueba dolorosa conmovía a la gran familia de los agustinos en 1517: Lutero se salía de ella y lanzaba el grito de rebelión que repetirían durante siglos todos los apetitos desordenados. Pero la Orden ilustre que, sin saberlo, alimentó a este retoño dela serpiente, continuó siendo benemérita del Señor; para consuelo de los Institutos, cuya excelencia expone a los sujetos perjuros a las más graves caídas, el cielo iba a dar, sin tardar mucho, una muestra. Eran las primeras Vísperas de Todos los Santos; el heresiarca ponía en carteles en Wittenberg sus tesis famosas contra las Indulgencias y la autoridad del romano Pontífice; pues bien, antes de terminar el mes, el 25 de noviembre de ese mismo año de 1517, Salamanca veía a Tomás de Villanueva ofrecerse a Dios y ocupar entre los agustinos el lugar que había dejado vacante Lutero. En las revoluciones sociales, ante el fracaso de los trastornos del mundo, un Santo glorifica a la beatífica Trinidad más que podría perjudicarla todo el infierno.
VIDA
Tomás nació cerca de Villanueva en 1488. Sus padres, y sobre todo su madre, le formaron en la piedad y en la caridad para con los pobres. Desde muy niño, le gustaba practicar la caridad y, al morir su padre, contaba él ya 15 años, pidió a su madre que transformase en hospital la casa que era la parte de su herencia. Marchó a Alcalá para conseguir los grados de maestro en artes y licenciado en teología. En 1516 ingresaba en los agustinos de Salamanca y al año siguiente emitía sus votos. Encargado de comentar el Libro de las Sentencias a los estudiantes de su Orden, y de predicar en la corte, lo hizo tan bien, con tanto celo y éxito, que llegó a Prior y Provincial y el emperador le hizo nombrar obispo. Se negó por mucho tiempo, pero tuvo que ceder ante la amenaza de excomunión.
En 1544 era obispo de Valencia, pero en nada cambió la sencillez de su vestido, de su mesa y de su casa, prestó los más atentos cuidados a los pobres, reformó a su clero, escribió diversos tratados de ascética y de mística, en particular sobre los dones del Espíritu Santo y el Padrenuestro. Murió el 8 de septiembre de 1555 y fué enterrado en la iglesia de los agustinos.
ELOGIO
Tu justicia y tu nombre perdurarán siempre; pues repartiste, oh Tomás, con profusión los beneficios al pobre, y toda la asamblea de los santos publica tus limosnas. Enséñanos la misericordia para con nuestros hermanos, a fin de obtener nosotros, con la ayuda de tus ruegos, la misericordia de Dios.
Eres poderoso con la Reina de los cielos, cuyas alabanzas tanto te gustó predicar. Entraste en la patria el día de su Nacimiento. Haz que cada vez la conozcamos mejor, la amemos cada vez más.
PLEGARIA
Protege a España, de quien eres una de sus glorias, a tu Iglesia de Valencia y a la Orden en la que te precedieron por los caminos de la santidad Nicolás de Tolentino y Juan de Sahagún. Bendice, en tierras de Francia, a esas religiosas que heredaron tu caridad y cuyo ejército de casi tres siglos ya, nos hace bendecir el nombre de Santo Tomás de Villanueva y el de tu padre San Agustín. Haz que los predicadores de la divina palabra por todo el mundo se aprovechen de los monumentos, felizmente conservados, de una elocuencia que te convirtió en oráculo de los príncipes y en luz del pobre, y que hizo te proclamasen órgano del Espíritu Santo.
EL MISMO DIA
CONMEMORACION DE SAN MAURICIO Y SUS COMPAÑEROS MARTIRES
EN SIÓN, en Valais, en el lugar llamado Agauno, el día natal de los santos Mártires Mauricio, Exuperio, Cándido, Víctor, Inocente y Vidal, con sus compañeros de la legión Tebea, quienes, matados en odio a Cristo por orden de Maximiano, llenaron el mundo con la fama de su muerte. Dediquemos un recuerdo, con Roma, a estos valientes, cuyo patrocinio constituye la gloria de los ejércitos cristianos y de innumerables iglesias. “Emperador, somos soldados tuyos, decían; pero somos también servidores de Dios. Para El fueron nuestras primeras promesas; si las violamos, ¿qué confianza podéis tener en las otras”? No hay consigna o disciplina que prevalezca ante las promesas del bautismo. Cuando ante los príncipes se afirma al Dios de los ejércitos, el honor y la conciencia obligan a todo soldado a preferir la orden del Jefe a la de los subalternos.
ORACIÓN
“Suplicárnoste, oh Dios omnipotente, hagas que nos alegre la festiva solemnidad de tus santos mártires Mauricio y sus Compañeros: para que nos gloriemos del natalicio de aquellos en cuyos sufragios nos apoyamos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.”
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